Conscientes de nuestro ser bautizados y pertenecientes a una comunidad, los acólitos respondemos a un llamado de Dios al servicio de la labor litúrgica de la Iglesia, con sentido de responsabilidad y pertenencia, como camino vocacional, tanto en la vida sacerdotal y religiosa, como en la vida laical comprometida.
Pretendemos que el acólito(a) que ingrese a la asociación logre ser al final de su proceso, una persona que:
- Valore la vida sacramental, principalmente frecuentando la penitencia y la eucaristía.
- Sea alegre, motivado(a) por el encuentro personal con Cristo Jesús.
- Sea responsable del compromiso adquirido en su grupo.
- Sea comprometido(a) en la vida asociativa, desde su grupo.
- Esté convencido(a) de su vocación de servir en donde Dios lo(a) llame, sea a la vida religiosa y sacerdotal, o a la de laico comprometido.
- Sea devoto(a) de María Auxiliadora, de San Juan Bosco y de Santo Domingo Savio, su patrono.
- Valore su experiencia y su crecimiento en el grupo, que lo(a) proyecte a testificar el evangelio con un sentido misionero.
Que quienes aceptaron la invitación del Señor al servicio de la liturgia de la Iglesia, desarrollen, en la asociación de acólitos salesianos, un camino para encontrar a Dios en sus vidas, conociéndolo y sirviéndolo con amor, en vistas a una respuesta vocacional, a ejemplo de Domingo Savio.